GARIBALDI, EL CAÑÓN y SU PASO POR ESQUINA |
Artículo Publicado en el Periódico Bilingüe Italiani D´Argentina - Edición Marzo-Abril de 2005
En nuestra Patria, y en la Provincia de Corrientes particularmente, a lo largo de la Historia, hubo luchas intestinas producto de las ideas políticas, que dirimieron en el campo de batalla sus diferencias. Desde 1833 fue la de federales contra unitarios, o sea desde que asumió Rosas (la Confederación), contra los que propugnaban otra forma de gobierno, en la cual se enrolaron algunos gobernadores, (unitarios-liberales) la República Oriental del Uruguay, e intereses foráneos (franceses e ingleses). En 1842, (año que nos interesa de ahora en más), gobernaba Corrientes don Pedro Ferré (1), adversario de Rosas y pedía ayuda a sus aliados, habida cuenta que el Río Paraná (vía rápida de desplazamiento) era controlado por la escuadra de la Confederación, al mando de Guillermo Brown (el Viejo Bruno). En enero de éste año fue nombrado gobernador de Entre Ríos don Pedro Pablo Seguí. La otra formación, la Riverista (uruguaya-unitaria), su comandante era Jefe de la Legión de Italianos en Montevideo, el Coronel Republicano Giuseppe “José” Garibaldi.(*) La misma partió del puerto uruguayo con intenciones de ayudar, remontando el Paraná, con pertrechos, aguardiente y efectivo a Ferré, además de instrucciones precisas de los aliados. Forzó el Paso de Martín García en julio de 1842 y posteriormente el paso de Paraná (La Bajada), siguen su derrotero al norte, perseguido por Brown, con fuerzas de artillería, barcos y tripulación significativamente superiores. En Cabayú Cuatiá (La Paz) se le unen algunos refuerzos correntinos, en escasa cantidad y calidad. Al llegar a la Isla Costa Brava (entre Corrientes y Entre Ríos) (2), y debido a la gran bajante de las aguas, no pudo continuar, decidiendo presentar batalla, desplegando hombres en tierra y otros embarcados. El triunfo fue para la Escuadra de la Confederación y los garibaldinos fueron diezmados, tanto a bordo como en tierra, después de combatir dos días. (3) Garibaldi ordena que se vuele, tomando una medida extrema, (4) la Corbeta “Constitución”, se rocíe con aguardiente y se prenda fuego a todo lo combustible. (5) “Conviene aquí narrar un hecho bien desconsolador - dice Gariibaldi - originado por el exceso de las bebidas espirituosas. Los equipajes que yo mandaba estaban compuestos por hombres de todas las naciones. Los extranjeros eran en su mayor parte marinos y casi todos desertores de barcos de guerra; debo confesar que éstos eran los menos díscolos. Entre los americanos, la generalidad había sido expulsada de los ejércitos de tierra por delitos, muchos por homicidios. De todos modos eran verdaderos canallas y se necesitaba todo el rigor posible para mantener el orden. Solo en los días de lucha estaba disciplinada esta mezcla de gente y se batían como leones. Ahora, para hacer el incendio más eficaz, se habían reunido muchos objetos combustibles y sobre ellos se esparcía una buena cantidad de aguardiente que formaba parte de nuestras provisiones, Por desgracia, aquellos hombres acostumbrados a vivir con una pequeña cantidad de espíritu, al encontrarlo en tal abundancia, se embriagaron hasta el punto de quedar imposibilitados para moverse”.
“ Fue un caso bien doloroso: encontrarse en la imperiosa necesidad de abandonar a aquellos valientes y desgraciados hombres para que fuesen presa de las llamas” (**)
“ Hice cuanto pude, obligando a los compañeros más serenos a no abandonarlos; yo mismo recogí cuantos me fue posible hasta el último instante, cargándolos sobre mi espalda para ponerlos a salvo”. La historia que antecede, y la que continúa, contaba a quien esto escribe, don Juan Ángel Bruno, (descendiente de italianos garibaldinos, llegados a éstas playas cuando la epidemia de fiebre amarilla), luego reflejada por don Marcos Aguinis, casi textual, en su obra “El Combate Perpetuo”, más el producto de investigaciones, testimonios y bibliografía consultada.
¿CÓMO ESCAPA GARIBALDI? En la mañana del 17 de agosto (se combatió los días 15 y 16) Garibaldi ordena volar la santabárbara (tarea a cargo de un tripulante correntino) (6), e incendiar todos sus buques. Así las cosas y en una barca a remo, sirgando entre islas y aguas pantanosas y con algunas piezas de artillería y alrededor de 60 hombres, posiblemente todos compatriotas, con la excepción de los correntinos hermanos Leiva, el franco italiano emprende la retirada, estando aún al alcance de la artillería rosista que ya lo tiraban a pique cuando Brown ordena: “¡...no, déjenlo ir, Garibaldi es un valiente!”.(***)
Penetrando aguas arriba por el Espinillo (aguas abajo, confluencia del Ingacito Guayquiraró y el Corrientes) continúan aguas arriba por éste último llegando a la Estancia de los Carreras, donde encuentran refugio y lo atienden a él y su gente. Éste lugar es hoy el Establecimiento “La Alborada” en la desembocadura del Arroyo Soró, en el Rincón del Guayquiraró (2da. Sección del Departamento de Esquina)
Pasado un corto tiempo de descanso y bien atendidos, emprenden camino al norte por tierra, con algunas piezas de artillería y con el propósito de fortificar Esquina, distante 25 Km de la anterior estancia, llevando a cabo su propósito en la barranca más alta de la ciudad. Éste propósito fue cumplido, y aparentemente era una alternativa del plan original y habrían llegado los 60 hombres anteriores.
¿CÓMO ERA ESQUINA EN 1842? Era un pueblo saqueado e incendiado dos veces después de Pago Largo, por fuerzas entrerrianas (La Confederación) al mando del Sargento Jacinto Andrada, (7) con casas muy dispersas, casi nada de población y diseminadas por la zona rural. Al respecto el General Paz en sus memorias dice: “Esquina quedó reducida a un lugarejo con el nombre de pueblo” (8) Giuseppe y algunos de sus hombres continuaron hacia el norte, en busca de seguridad que podría proporcionarles Ferré (el sur era hostil) llegando a Santa Lucía,165 Km. al norte de aquella estancia rinconera. En la puerta de la Iglesia de ése pueblo, grabó su nombre y el de su esposa Anita Ribeiro emprendiendo luego el regreso a Montevideo (900 Km al sur). ¿Y qué fue del resto de sus hombres y de la fortificación?. Algunos quedaron acá en Esquina y otros varios, volvieron con él. El que se habría, sin dudas asentado fue Juan Solmoiraghi, castellanizado Solmoirago., y los Leiva. (9) Sin proponérselo, quizá, formaron el primer asentamiento italiano en éste lugar y juntamente con otros que llegaron después (a los pocos años y amigos y correligionarios de Garibaldi) (10) siguieron sus costumbres artesanales como armeros, carpinteros de ribera, herreros, etc., caso de los Bruno, Marini, Pellegrini, Gianechini y tantos otros. La fortificación, en tanto, fue ganada por los yuyos, y las piezas se fueron perdiendo sepultadas por el tiempo, hasta que un buen día aparece una al efectuar una excavación y limpieza en la Estancia donde tuvieran asilo por unos días y se hace cargo de la misma la colectividad italiana, algunos ya ancianos, que en 1882 no podían creer que Garibaldi había muerto, pero la noticia era cierta y celebraron una formación especial entonando canciones patrias y guerreras.
LOS ITALIANOS FORMAN UNA SOCIEDAD En 1881, el 2 de noviembre se formó legalmente la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, con algunos descendientes de aquellos y de nuevos italianos afincados por éstos lares, presidiendo la misma el constructor don Bernardo Pellegrini. Esta Sociedad construyó un edificio monumental que aún existe ( no así la Sociedad que fue liquidada) e inaugurado el 20 de septiembre de 1884 (la fecha Patria) en cuyo subsuelo fue depositado el cañón hallado en la costa, llamado desde entonces “El Cañoncito de Garibaldi”, que era desempolvado cada 20 de Septiembre, día de la Unificación de Italia, cuyo artífice fue el “Héroe de dos Mundos” en 1870, efectuándose salvas de fogueo como iniciación de los actos conmemorativos.
EL PERIPLO DEL “CAÑONCITO” Ya hecha la explicación de dónde se lo guardaba y qué misión cumplía, pasaron los años y en la tumultuosa década de mil novecientos treinta fue incautado y llevado a la Comisaría local, para cumplir funciones de defensa de la Institución, pero fue devuelto posteriormente ya que el remedio fue peor que la enfermedad. En efecto, en una noche de ronda y recorrida, Rogelio Fernández, afecto a las bromas, fingiendo borrachera, fue conducido a la Policía a dormir la mona, portando en su bolsillo un cuarto de pólvora, y cuando todo se tranquilizó, lo hizo explotar, causando el consiguiente revuelo en la Comisaría y por ende en el pueblo, ya que existía el toque de queda.
Fue devuelto a la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “Unione e Benevolenza”, que lo usaba para anunciar sus funciones de teatro o de cine, haciéndolo explotar media hora antes del inicio y luego depositado en el sótano. Era cargado con papelitos y entre tantos había como premio y regocijo para los más chicos, dos entradas a la función de sábado a la tarde. Cuando Dante Opezzo (descendiente de Italianos llegado después de la Primera Guerra) fue el Presidente de la Sociedad en los años cincuenta, lo exibió en el hall del edificio y era utilizado como mortero para bombas de estruendo. Tiempo después nuevamente al sótano., pues consideran obsoleto el modo de anunciar espectáculos a ésta altura y con otros medios al alcance. Desde éste lugar lo sacan los jóvenes Juan, Miguel Ángel Bruno y Carlos Gianechini en el carro de don Mártir Bermúdez, en 1969, con el propósito de instalarlo en el frente y la parte superior de una armería que empezaba a funcionar en el taller de los primeros (Bruno). Este emplazamiento no se llevó a cabo, pero si realizaron varias travesuras y trapisondas con el mismo, asustando en las siestas a los vecinos.
Fue reclamado por la familia Opezzo-Gatti, que lo tuvo en el zaguán de su casa hasta 1974, en que se lo emplaza frente al Palacio Municipal, al promediar la gestión Municipal de Carlos Morel, lugar que ocupa hoy, sobre una base de cemento y rodeado de cadenas y en su frente una placa de bronce. Que dice: “PIEZA DE ARTILLERÍA QUE PERTENECIERA A LA ESCUADRA DE JOSÉ GARIBALDI, CEDIDO EN CUSTODIA A LA INTENDENCIA MUNICPAL POR LA SOCIEDAD ITALIANA DE SOCORROS MUTUOS UNIONE E BENEVOLENZA DE ESQUINA”. El cañón posee una placa de bronce pequeña de forma ovoide que dice: “GRIEVE & GILLESPIE” en la parte superior, en el medio “MANUFACTURERES” y abajo: NORTH SHIELDS, todo en mayúsculas. La boca, por donde se lo carga tiene 8,5 cm. de diámetro. Allí se encuentra como testigo silencioso de luchas y perpetuando la acción de Costa Brava, y el nombre de quien naciera en Niza (Francia) el 4 de Julio de 1807, que recorriera América y Europa como paradigmático ejemplo de hombre de armas, indómito y luchador por la libertad, tanto en su tierra como fuera de ella.
Referencias
En Esquina existía desde comienzos del siglo XX el periódico “EL Centinela del Litoral “ dirigido por Ignacio Solmoirago, que en una edición de 1930, después del Concordato firmado por Mussolini y el Vaticano, titulaba a toda página: “ Mussolini le puso polleras a la Italia de Garibaldi”. Aludiendo, obviamente a la sotana de los curas. El mismo periódico consigna en 1929 la visita de la nieta de Garibaldi, Anita, que estuvo en Esquina recabando datos de su abuelo y el intercambio epistolar que continuó.-
Facsimil de la Publicación
Autor: Aníbal Expedito Méndez - Corresponsal: Edgardo Luis Rebechi
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