Benito Lamela

Don Benito Lamela, nació el 21 de Marzo de 1734, en la ciudad de Lugo (España), parroquia de San Vicente de Burgo, en el seno de una familia cristiana, con buen pasar, su padre Basilio, era poseedor de un molino harinero familiar que le permitió sostener su casa y educar a sus hijos con comodidad. Se le puso por nombre Benito, por haber nacido el día de San Benito, es de creer que fuera el cuarto de los hermanos, entre los que se contaba, Vicente, Francisco, Marcelo y Miguel, todos los que se embarcaron al Río de la Plata.

Se educó en la Escuela Parroquial de la Catedral, y luego ayudo a su padre en las tareas de la molienda, a los 23 años contrajo enlace, estableciendose en Monforte con una panadería, naciéndole allí, en 1757, su único hijo, al que llamó Santiago, a los 8 años de casado, en 1765, falleció su esposa, contrariedad para él de tal magnitud, que desde entonces pensó vender cuanto tenía en España y trasladarse con su hijo a las Indias Occidentales, al Río de la Plata.-

Don Benito Lamela

 

Benito decidió trasladarse al Nuevo Mundo en compañia de su hermano Marcelo y de su hijo Santiago, para lo cual sentaron plaza en la 2º Expedición que el General Ceballos, organizó y dirigió, la integraban 9000 hombres de desembarco, transportados en 116 buques, escoltados por 21 navios de linea, 5 fragatas y 6 buques más de guerra, comandados por el Almirante Marqués de Casa y Tilly, expedición que emprendió viaje desde Cádiz, el 12 de Octubre de 1776 y llegó a Santa Catalina (hoy Uruguay) en Febrero de 1777, donde después de tomar la plaza guarnecida por 700 hombres y 146 cañones, paso triunfante a Montevideo, adonde llegó el 21 de Abril, reforzada por las milicias del país al mando del Coronel de Dragones Don Ventura Caro, marcharon por tierra y por agua, contra la Colonia del Sacramento, cuyo Gobernador Don Francisco Rocha, considerando muy inferiores sus medios de resistencia, se rindió a discreción, el 4 de Junio de 1777.-

Meses mas tarde llego a conocimiento de Ceballos las órdenes de suspender las hostilidades sobre Río Grande del Sur, en razón que las coronas de España y de Portugal, habian acordado un arreglo de paz, firmando el discutido pacto de San Ildefonso el 1º de Octubre de 1777, quedó de hecho terminada.

A principios del 1778, Marcelo, Benito y Santiago, solicitaron y obtuvieron la baja. Mientras Marcelo resolvió radicarse en el Pago de Areco, Benito entró en conversación con Don Juan José de Lezica, obteniendo de éste una carta de presentación y recomendación para dicho religioso y para su hermano José, documentos con los que Benito se encaminó, en Mayo de ese año, confiado y optimista, hacia Santa Fe, confirmó si le sería posible encontrar tierras realengas en jurisdicción de esa ciudad en la otra banda del Río, el "entrerrios", por donde los Vera Mujica poseían estancias y sobre las que existía interés de los santafesinos en confirmar sus derechos, poblándolas con gente adepta, con el fin de contrarrestar la periódica redicación en ese territorio, de accioneros correntinos, ahuyentando a la vez a los pocos y dispersos aborígenes que, por allí se guarecían en los bosques y malezas.

Con la recomendación de Don José para el Maestro de campo de La Bajada Don Santiago Hereñú, se encamino a conversar con esta autoridad a fin de obtener su consejo y los medios humanos para llevar a cabo sus proyectos.

Hereñú le confirmó y precisó los datos haciéndole saber que, hasta la esquina del río Guayquiraró, existían afincados con derechos de propiedad en enfitensis unos, y solo para vaquear otros, personas que explotaban esos campos, y le dijo que todo ese "rincon", se decía que tenía por dueño a Don Francisco Antonio Candioti, vecino de Santa Fe, agregando que sus derechos llegaban hasta la desembocadura del Arroyo Sarandí Chico, pero que fuera de eso, era tierra realenga por haber pertenecido a los Jesuitas, quienes las adquirieron a los herederos de su primer propietario criollo, Don Diego Ramirez.-

Don Benito contrató baqueano y acompañante y, con ellos y con su hijo, marchó por el camino real de la costa hasta el Guayquiraró al que vadeó y, siguiendo ahora por la costa del río Corriente, fue a dar a 8 leguas al norte de la desembocadura del Arroyo Sarandí Chico, con un poblador que decia tener derechos a esos campos, de nombre Pedro Cano, a quién asesoraba el Comisionado General de Diezmos en los Partidos de la Jurisdicción de Corrientes Don José A. Pucheta, siendo él nada menos que el Comandante de los Partidos de esa banda del río Corriente, persona de la Capital de Corrientes, que había pedido y obtenido del Teniente Gobernador, 5 leguas de campo sobre esa costa, por 5 hacia el naciente.

De la conversación que tuvo con éste, Lamela llegó a la conclusión que quedaban tierras realengas, en una extensión de por lo menos 5 leguas sobre la costa del río Corriente, por una profundidad hasta el Arroyo Sarandí, en dirección del naciente de casi 6 leguas, tierras a las que hasta entonces habían respetado las autoridades y pobladores correntinos, se decía que todas ellas hasta el Guayquiraró, tenían dueños radicados en Santa Fe, versión que le constaba a don Benito, no coincidía sino en parte con la verdad (derechos alegados años después por Don Candioti en la "Esquina" y "Rincon del Guayquiraro").-

Ya no tuvo dudas, ese realengo de la "Esquina" del río Corriente era lo que buscaba, solo le quedaba acreditar su presencia en el lugar, lo que hizo de la mejor manera posible.

En la estancia Potrero de Vera -como  llamaban al puesto de Don José de Vera Mujica- se enteró que un agrimensor llegaría a ella para mensurarla, técnico que a su vez podría contratar él, para que hiciese otro tanto con el paraje hallado, actitud que sin duda le conferiría a la vista del vecindario, el acreditamiento como para que le respetasen, puesto que estaría en condiciones de denunciarlas, como lo hizo al Cabildo de Santa Fe, a principios de 1779, y al Teniente Gobernador Melchor Echagüe y Andía.

Volvió al Potrero de Vera y halló al agrimensor Don José Sourriere de Souvillac, con quién convino la mensura. Pocos días después en presencia del Comandante Cano y de Don Bartolomé Sánchez Moreno, se clavó el 7 de Diciembre de 1778 sobre la márgen izquierda del río Corriente en lugar destacado y a la vez protegido, un mojón de hierro, punto de arranque del deslinde, al que desde entonces se le conoce con el nombre de "Mojón de Cano".

El agrimensor halló desde ese lugar a las caídas del Sarandicito en el Corriente, poco menos de 5 leguas (4 leguas 5600 varas) y, de Oeste a Este 5 leguas 2500 varas, hasta la margen occidental del Arroyo Sarandí.

En Abril de 1781, Don Benito retornó a Santa Fe, para averiguar sobre los limites de esas dos parroquias y para abonar los diezmos a la que correspondiese. 

Don Benito, como se dijo, pagó en 1779, los diezmos del 1778-1779 a Santa Fe, y solicitó al Director de Postas y Maestro Mayor Don Bernardo Garmendia, de Santa Fe, una nueva posta, equidistante entre la del Guayquiraró y la del Batel de Abajo, la que se llamaría, de la "Esquina del río Corriente"y se intereso para que se creara en su campo una posta del Correo, luego retornó de su viaje a su estancia de Sarandicito, a la espera de los acontecimientos que no tardarían en producirse.

En el año 1781, desde Corrientes se había señalado hasta el Guayquiraró como jurisdicción de esa ciudad, y que, por lo tanto a la autoridad a quién debía de acatarse era, a la del "Comandante General de los Partidos de la Banda Izquierda del río Corriente", a la sazón a cargo de Don Pedro Cano, estando desde entonces todas esas tierras, en lo religioso, bajo la dependencia del curato San Roque, como lo había confirmado el 1779 el Obispo Sebastián Malavar y Pinto y, no de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario del Paraná.-

El propio Comandante General de esos Partidos, Cano, estuvo en su estancia a notificarle de que sin más dilación, debía de presentarse al Comisionado General del curato de San Roque don Adriano Pucheta, a abonar los diezmos correspondientes, resolvio ir a San Roque a presentar el recibo que le dió en La Bajada el comisionado de ésta Alferez José Vera Mujica, hablo con Pucheta y el Cura de San Roque Don José Verón, en vano mostró su recibo, pues le aconsejaron que los volviese a pagar, ya que con éste proceder se ahorraba mayores perjuicios, poniéndose a salvo de interpretaciones desagradables.-

En el año 1782, desde Bs. As., la Junta General de Diezmos, con fecha 12 de Agosto de ese año, reclama la rendición de cuentas de los diezmos a las  autoridades de Santa Fe y Corrientes, mientras el Cabildo de Santa Fe alegaba que sus dominios por el lado de La Bajada llegaban hasta los Mojones (legua y media al sur de la desembocadura del río Santa Lucía) correspondiéndoles a las poblaciones de ambas márgenes del río Corriente hasta la desembocadura del Batel de Arriba; el Cabildo correntino le refutaba, alegando que la Junta General aludida debía de estar bien informada y saber que, el ilustre señor Obispo Monseñor Antonio de la Torre al erigir el curato de San Roque en la otra banda del Santa Lucía, le demarcó por jurisdicción hasta la márgen derecha del río Guayquiraro.-

Lamela sufrió las consecuencias de este pleito curial, fue así que constató con pena y amargura, que al hacerse saber desde el Cabildo de Santa Fe, que él había abonado los diezmos al comisionado santafesino de La Bajada, hasta el año anterior, esto es, el 1779, sus vecinos del pago de La Esquina, le consideraron desleal y en subversión, calificándolo duramente en el sumario levantado por las autoridades correntinas, sumario en el que se dice de él, que "es un sujeto vago que vino de afuera y puso un corto establecimiento en el extremo del Partido", el de San Roque; documento escrito para ser elevado a consideración del Virrey, y en el que se puntualiza que, salvo Lamela, todos los demás pobladores han abonado siempre al Comisionado de San Roque, omitiendo referir, que éste se vió precisado a sufragar a uno y a otro comisionado, como dijimos lo hizo.

El comisionado de La Bajada es quien ahora le acusa y son las Justicias de Santa Fe las que le conminan a pagar, a lo que él se resiste, por lo que se le declara fallido, viéndose obligado a recurrir al entonces Alcalde de primer voto de Corrientes Don Manuel de Vedoya, para que le defienda; lo que éste hace con éxito en un escrito fechado el 26 de Octubre de 1782, en el que testimonia "la infundada competencia de las justicias santafesinas sobre el conocimiento de la quiebra de su defendido y pide se suspenda en interín toda actuación", quiebra que su mismo defensor ha sugerido, para así cortar por lo sano el litigio.

Le llega por vía de Santa Fe, con fecha 3 de Noviembre de 1782, su nombramiento de Maestro de Posta para "La Esquina" del río Corriente, efectuado con fecha 22 de Setiembre de 1782, tal cual él lo diligenció, nombramiento salvador, firmado por Don Manuel Basavilbaso y Don Bernardo Garmendia, el cual le confería jerarquía y prerrogativas a las que su carácter de hombre de bien, honrado, supo sin duda corresponder.-

 

 

 


Fuentes:

Manuscritos del Profesor  Antonio Moreira

Opúsculo "Esquina" de Víctor Sánchez Hernández

"Historia de Esquina" Dr. Juan A. Codazzi Aguirre


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