La señora MARÍA JOSEFA FERREYRA quien se desempeñó como directora de la Escuela N° 5 desde 1924 hasta 1962

Algunas de esas vivencias las escribió y publicó Ángela Barrios, su hija, en el trabajo “La Sra. María... mi Madre” quien me autorizara oportunamente a reproducirlas. 

Es, además una historia cronográfica y sintética de la Colonia y Pueblo. (hoy Libertador – Dto. de Esquina – Corrientes)

“Nació en Esquina, Provincia de Corrientes el 25 de octubre de 1901.”

“Con gran esfuerzo, debido a la modesta situación económica familiar y a una larga enfermedad que padeciera su padre por aquellos años, logró su título de Maestra Normal Nacional en la Escuela Normal de Esquina, que actualmente lleva el nombre de su tío abuelo “José Alfredo Ferreira”, en 1923”.

“Como en esa época no se tenía en cuenta la antigüedad para la asignación de los cargos jerárquicos, al iniciar su carrera docente fue designada ya Directora de la Escuela nacional N° 5, de Colonia Berón de Astrada, Dto. De Esquina, Corrientes, puesto en el que prestó servicios durante treinta y ocho años, hasta su jubilación”.

“Tomó posesión del mismo el 2 de junio de 1924”.

“Mi querida amiga Pachona Salomón presenció por casualidad la llegada de mi madre viajando en sulky acompañada de un tío, cuando se acercaron a preguntar como llegar a la Escuela, distante todavía unos 5 Km.. Ellas y sus hermanos, niños todos, salieron a ver a la Sra. Directora: morochita, delgada y de cabello oscuro, según sus propias palabras.”

“Como la Escuela era muy chica, mi madre debía cumplir la doble misión de maestra y directora, acompañada de dos maestras más.”

“En pocos años, el crecimiento de la Escuela, motivado por el notable incremento de alumnos y en consecuencia de maestros, le permitieron dedicarse exclusivamente a la Dirección”.

“Por 1930 aproximadamente, tenía todos los grados que establecía la Ley Láinez, en base a la cual fue fundada, A saber: 1er. Grado; 1° superior; segundo; tercero y cuarto grados.”

“En 1927 contrajo matrimonio con mi padre, Alcides Barrios, oriundo de la vecina localidad de Guayquiraró. Con su estrecha colaboración sobre todo en los primeros años y mientras atendía la crianza de sus hijos, pudo seguir dedicándole tanto tiempo a la Escuela y a las instituciones complementarias: “Sociedad Protectora”, como se llamaba a las Cooperadoras y Asociación de ex alumnos, que brindaban su apoyo económico para mantener decorosamente el antiguo edificio escolar, típica “escuela rancho”, y muy especialmente en la función socializadora de la comunidad.”

“Es justo señalar también que contaba con la incondicional ayuda de grandes maestros, verdaderos puntales del progreso de la Escuela y de todo el pueblo, como la Sra. Dora Pavón de Lemos, el Sr. Francisco Ismeldo Barrios, Luis Manuel Ruiz O´Connors y la Sra. Sara Rosa Guastavino de Ruiz O´Connors, Sr. Guillermo Hansen y Sra. María Pernizza de Hansen y Juana Penza de Barrios.”

“A este plantel estable por muchos años se fueron sumando en distintos momentos las Sras María Elba Demonte de Rizzi, Felipa Quiróz de Balzaretti y Gladis Vargas de Fratti”.

“Al desdoblarse las secciones de grado y tras haberse logrado la creación de la Escuela Provincial Complementaria N° 151 que comprendía los 5to. y 6to. grados, para permitir que los alumnos completaran el ciclo primario allí mismo, se agregaron nuevos valores: Gladis González Hayes, las hermanas Adelaida, Ana Rosa, y Liduvina Acevedo y mis hermanos Alcides (h) y Celeste Barrios. Mas tarde Ramonita Ramón, Diolina David, Zoraida Salomón, Esther López de Merch, Ramona Sandoval, Isabel Florentín, Olga Avalos, Victoria Centurión, Cuqui Cristini, y Gloria Barrios, entre otros. Todos sumaron esfuerzos y capacidad para mantener en alto el prestigio de la Escuela más importante de la zona.”

“Mis hermanos y yo, que también trabajé durante su dirección durante seis años, concurríamos al turno de la tarde para que nos supervisara la primera Vice Directora que tuvo esa escuela, la señora Dora de Lemos.”

“Imborrables en mi memoria menciono finalmente a los Comisarios Ventura García y Servando García, que se ocupaban de averiguar si había alumnos que no concurrían a clases para visitar sus casas y obligar a sus padres a cumplir con la ley.”

“La señora María estaba siempre presente en todos los acontecimientos, alegres o tristes. Si nacía un niño en un hogar muy humilde, le hacían preguntar que nombre le correspondía según el almanaque. El mensajero volvía siempre con un pollo para que le hicieran una comida apropiada a la madre, en lugar de los guisos con grasa con que se alimentaba habitualmente”.

“Ante un fallecimiento se acercaba a rezar, porque no había cura en el lugar.”

“Volviendo a la cronología familiar señalo que en 1928 nació Alcides Cayetano (Kío) y en los años sucesivos Mario, Celeste (Chela), Rubén Apolo, que falleció a los cinco meses y fue un dolor permanente en el corazón de mi madre; Nidia y Luis Antonio. Cuatro años más tarde, inesperadamente, pero aceptada con el mismo amor, nací yo, para gozar de los mimos que además de mis padres, me brindaban mis hermanos mayores.”

“La educación que recibimos nos marcó a fuego: honestidad, respeto , responsabilidad, solidaridad y amor a la enseñanza.”

“Seis hijos, seis maestros, cinco de los cuales continuamos la rama primaria y llegamos a cargos directivos. Mario siguió en profesorado de Educación Física, docencia al fin, donde llegó a desempeñarse como vicedirector de la Escuela Municipal de Deportes y Recreación, además de ser Profesor del Instituto Nacional de Educación Física.”

“El hábito de la lectura lo adquirimos tempranamente, leyendo los libros de la biblioteca de la escuela, mientras ella completaba las tareas de la Dirección por la noche”..

“El desgaste natural de tantos años de esfuerzo no hicieron mella en su voluntad de trabajo hasta el día de su jubilación, producida el 1 de abril de 1962”.

“Otra Institución que contó con su entusiasta apoyo fue el Centro Pro Pueblo Libertador fundado en 1950, “Año del Libertador General San Martín”.

“Demás está decir que mi madre fue una de las propulsoras y organizadoras de los inolvidables festejos que tuvieron lugar ese día. Conservo una medalla recordatoria que le fue otorgada y una nota de la Comisión Pro Pueblo designándola co – fundadora, por ser la poseedora del lote N° 1 de la planta urbana.”

“Rodeando la primera y hasta ahora la única plaza del pueblo, se plantaron árboles provenientes de un vivero que ella misma cultivó en el fondo de la huerta escolar”.

“A fines de 1963 se trasladó con su familia a Bs. As., excepto Nidia y Luis Antonio que ya estaban radicados en Misiones y Corrientes respectivamente.

“Sería ingenuo pensar que por estar rodeada de tanto afecto, su vida haya transcurrido sobre un “lecho de rosas”.

“El solo hecho de haber perdido un hijo, por no poder llegar a tiempo a Esquina a causa de los malos caminos, es la prueba más contundente de que aquella la golpeó mucho y fuerte”.

Durante las dos primeras presidencias del General Perón (1946 a 1955), soportó en lo profesional una injusta persecución, debido a sus ideas democráticas opuestas a las de los gobernantes que si bien jamás influyeron en su acción docente, tampoco se ocupó de ocultar”.

“Después de una prolongada afección cardiaca, la Sra. María falleció en Buenos Aires, el 8 de marzo de 1983, a los 81 años de edad.”

“A su pedido, expresado muchos años antes de su muerte, fue llevada al cementerio de Esquina, pasando previamente por la Escuela, ya Provincial N° 405, que funcionaba momentáneamente en el edificio de la Escuela Secundaria. Esto se hizo a pedido de la comunidad de Libertador. Allí la despidió su director el Sr. José Herminio Corda, con sentidas palabras de cariño y admiración.”

”En el cementerio pronunció muy emotivas palabras en ex maestro de la Escuela, el Sr. Guillermo Hansen.”

“La imposición de su nombre a la Escuela N° 405 de Libertador el 4 de agosto de 1996, a trece años de su muerte y muchos más de su alejamiento de esa localidad, homenaje de un pueblo agradecido, que la sigue recordando como un ejemplo de mujer y de maestra, confirma que el orgullo que siempre sentimos sus hijos no es infundado. Al contrario, ahora estamos más seguros que nunca de que nuestra madre, la Sra. María, ha sido una mujer excepcional que realmente supo “honrar la vida.”

Nota del autor: No se transcriben los innumerables asientos del cuaderno de Actuación Profesional escritos por los Supervisores Escolares.

A la Ex Directora de la Escuela Nacional N° 5 Sra. María J. Ferreira de Barrios con motivo de su jubilación en 1962. Autor Francisco Ismeldo Barrios

CLARO NOMBRE

Claro nombre de madre y maestra,

Un claro nombre cantaré este día.

Y he de cantarlo, si, en nombre de todos

Y de todas las cosas ya imprecisas,

Más también en los seres y las cosas

Que están en esta casa todavía.

Claro nombre de madre y de maestra

Que es de esta escuela como el alma misma,

Claro nombre diré, sí, para todos

Los que están ya nombrándolo este día,

Mas también lo diré para que escuchan

Las almas y las cosas no venidas.

Por todos los halagos que dejó

Desde tempranos tiempos de su vida;

Por todo el sacrificio de entregar

Tan largamente sus mejores días

En los duros afanes dedicados

Al sueño de esta casa tan querida.

Por eso y mucho más consubstanciado

Con cuanto ha sido aquí y cuanto palpita.

Por eso lo diré, como este mástil

Que, medio centenario, lo atestigua

Y como la bandera que el sustenta

Y ese nombre, su nombre, lo musita.

Maestra de maestras, consagrada;

Mujer con cuño y temple de heroína,

De aquellas que la patria pide y forja,

Al cerrar su labor tan larga y limpia

Digamos y digámosle:

- ¡Maestra,

queda ardiendo tu nombre de María!

¡Sí, Maestra, al marchar hacia el retiro

con la conciencia límpida y tranquila,

y que Dios ha de darle largamente

gozando el frutecer de tus semillas,

muy hondo y alto en esta Escuela dejas

tu claro nombre, ardiendo como guía!

-

Tal es el nombre de Madre y Maestra,

Nombre de nuestra “Señora María”!

Estos 38 versos fueron leídos en ocasión de la cálida demostración de afecto público que se le tributó en el Salón de la Asociación Ex Alumnos el día 03 de Junio de 1962, con motivo de su jubilación ocurrida después de 38 años de ejercer, tesonera y fructíferamente, la dirección de la Escuela Lainez más vieja del interior correntino, entregándola crecida y con relieves propios.